Son las 4 y media de la tarde.
Estoy sentada en la oficina, inclinada hacia atrás sobre la silla y sujetando un boli entre el labio superior y la nariz.
En la pantalla del ordenador hay un documento abierto, totalmente en blanco salvo por tres palabras en letras grandes.
Las 3 únicas palabras que he sido capaz de escribir en la última media hora:
“TÉCNICAS DE COPYWRITING”.
Justo debajo, el cursor parpadeante me mira como diciendo: “Chata, ¿vas a poner algo más o no?”.
Y yo no sé qué responderle, porque estoy con un bloqueo monumental. No tengo ni la más remota idea de cómo voy a enfocar este dichoso post. La madre de todos los topos, en qué estaría pensando cuando elegí un temita tan amplio…
Doy un largo suspiro y giro la cabeza.
–Amelio.
–¿Sí, jefa?
–¿Qué se te ocurre qué podría contar en este post?
Mi asistente y mono de peluche, Amelio, se acerca y mira la pantalla por encima de mi hombro.
–Hmmm, ¿técnicas de copywriting? Pues no sé… ¿por qué no hablas de investigación y esas cosas?
Sacudo la cabeza.
–Investigar no es una técnica de copywriting. Como mucho, una fase del proceso.
–¿Y sobre fórmulas?
–Tampoco. Eso son estructuras, no técnicas.
–Pues no sé… estoy en blanco, jefa.
Resoplo con exasperación.
–No estás siendo de mucha ayuda, Amelio.
Amelio se encoge de hombros.
–¿Qué quieres que te diga? Yo no sé de estas cosas, solo soy un mono de peluche asistente.
–Exacto, “A-SIS-TEN-TE” –le digo, recalcando cada sílaba–. Para eso te pago, para que me asistas. Pero me estás ayudando muy poco.
–Me pagas para que te haga el cierre de los emails y para conseguir que tus suscriptores te inviten a un vermut. Que por cierto, hablando de pagos, todavía no he recibido los plátanos del último mes.
–Ya, bueno –lo corto con un gesto de la mano–. Cada cosa en su momento, ¿vale? Ahora la cuestión es saber qué hacer con este dichoso post.
–Pues no sé… ¿por qué no hablas de técnicas para que el texto funcione mejor?
Me quedo pensativa unos segundos.
–¿Para que el copy convierta más, dices?
–Sí, como lo llaméis vosotros.
De pronto abro mucho los ojos.
–¡Claro! Amelio, eres un genio. Este mes vas a tener doble ración de plátanos.
Me lanzo a teclear como una loca.
–Vale, pero ¿y qué pasa con los del mes pasado…?
–Luego, Amelio, luego. Ahora estoy inspirada –digo sin apartar los ojos de la pantalla.
“Clac, clac, clac, clac, clac…”.
–Desde luego… – masculla Amelio–. Cualquier día llamo al SEPRONA para que te hagan una inspección…
? Por si te lo preguntas, al final me puse al día con los pagos de Amelio y no hubo que involucrar al SEPRONA.
Ahora en serio.
Le he dado muchas vueltas a cómo escribir este post.
Muchas.
Y es que al documentarme, me he encontrado a gente que habla de la investigación o las fórmulas como técnicas de copywriting, cuando para mí no lo son.
Si nos ponemos muy estrictos, la definición de “técnica” es:
“Un conjunto de procedimientos y recursos de que se sirve una ciencia o un arte.”
No lo digo yo, lo dice la RAE (sí, lo he buscado).
Y eso es lo que te voy a explicar aquí: diferentes procedimientos que te ayudarán a redactar un copy más persuasivo. Uno que empuje al lector a hacer lo que esperas.
Algunos son obligatorios, da igual el tipo de copy que hagas; otros los puedes aplicar o no según el caso.
¿Empezamos?
Arranco con uno de los puntos más importantes cuando se trata de escribir copy: las características y los beneficios.
El concepto es sencillo (al menos de entender, porque aplicarlo es otra historia):
Esto lo vas a ver más claro con un ejemplo.
Si vendes una formación que:
Todo eso son características. Lo que le dicen al cliente es cómo es tu curso.
Ahora vamos a traducirlas en beneficios:
A ver, esto es una simplificación. Ni siquiera te he hablado de la diferencia entre el beneficio principal (la transformación que ofrece tu producto o servicio) y los secundarios.
Para profundizar más, te aconsejo que le eches un ojo a este otro post donde te hablo de cómo usar los beneficios en copywriting.
Los puntos de dolor son las preocupaciones que tiene tu cliente (sus frustraciones, sus miedos, los retos que afronta a diario) y que tú resuelves con tu servicio.
Al tocar estos puntos de dolor en tu copy consigues dos cosas:
Y ojo, esto es importante.
Los puntos de dolor variarán según el perfil de público al que te dirijas.
Para explicártelo, supongamos que tienes un curso para invertir en bolsa y te diriges a dos tipos de clientes distintos:
¿Ves cómo los puntos de dolor cambian totalmente de un perfil a otro, incluso siendo el mismo curso?
Las historias tienen un poder casi mágico.
Una buena historia puede convertirse en un reclamo irresistible y conquistar la atención de tu cliente.
Y no solo eso.
Además, son una técnica muy buena para hacerle ver los beneficios de tu solución.
Por ejemplo: imagina que eres un abogado especialista en derecho laboral y ofreces asesoramiento a empleados que tienen una disputa legal con su empresa.
Y en la página de ventas de tu servicio cuentas el caso de Lorena, una clienta tuya a la que su empresa despidió durante una baja por maternidad y que de repente se vio en la calle, con un hijo recién nacido y sin posibilidad de generar ingresos.
A lo largo de la página explicas cómo, gracias a tu asesoramiento, lograsteis que la empresa la indemnizara y diera marcha atrás al despido.
Así tu cliente no solo verá clarísimo cómo le puedes ayudar.
Es que encima se va a quedar enganchado de la primera línea hasta la última. 😉
Esta misma técnica la he usado en las páginas de ventas de mis dos cursos estrella:
Y si con eso no te basta, en este post te doy varios ejemplos de storytelling escrito.
Uno de los gatillos mentales más poderosos.
La urgencia es una técnica que se basa en decirle a tu potencial cliente: “Si no actúas ya, vas a perder esta oportunidad”.
Por ejemplo, cuando:
Todas estas son estrategias para generarle urgencia a tu potencial cliente. Lo que hacen es despertar su “FOMO” (“Fear of Missing Out” o “Miedo a perderse algo”).
Y ese miedo puede convertirse en un resorte que lo empuje a comprar.
¿Qué haces cuando se te rompe el ordenador y tienes que comprarte uno nuevo?
Si la tecnología no es tu fuerte, seguramente recurras a algún conocido que es un geek y está al día de las últimas novedades.
Para ti, esa persona es una autoridad.
Alguien que sabe mucho y de quien te puedes fiar.
Pues cuando escribimos copy, uno de los objetivos es que tu cliente ideal te perciba de la misma manera. Que te vea como un experto que le puede ayudar a resolver su necesidad.
Esto es lo que se llama “potenciar tu autoridad”.
¿Y eso cómo se hace?
¿Cómo les vas a demostrar a tus clientes que eres una autoridad en tu campo? 😉
Hay un concepto muy conocido en copywriting que es el “tobogán de Sugarman”*.
La idea es muy sencilla: una vez empieza a leer, tu lector debe ir pasando de una frase a la siguiente sin detenerse ni un segundo. Como si se deslizara por un tobogán.
Como dice Sugarman: “El único propósito de la primera frase es conseguir que el lector lea la segunda frase”. Y el objetivo de la segunda es que lea la tercera, y el de la tercera que pase a la cuarta… así sucesivamente.
Ahí entran en juego muchas cosas: que el texto sea interesante, que tenga ritmo…
Pero un punto básico es escribir un copy claro. Que se entienda a la primera, vamos.
Para eso:
Además, recuerda siempre leer el texto en voz alta. Si hay alguna parte demasiado engorrosa, te darás cuenta enseguida.
*Por si no lo conoces, Sugarman es uno de los grandes copywriters de la historia.
Este punto no es una técnica como tal, pero es tan importante que no podía dejarlo fuera.
Mira: gran parte del éxito de una venta consiste en saber cómo romper las objeciones de tu potencial cliente.
Ya sabes a cuáles me refiero:
Cada objeción es diferente, y la manera de abordarla variará según el público al que te dirijas. Pero a grandes rasgos hay algunos elementos que puedes usar en tu copy para romperlas, como:
Esto es solo un resumen, pero aquí te hablo más a fondo sobre las objeciones de venta.
Mira, ya sé que te he volcado un camión de información encima y que tienes la cabeza a punto de explotar.
Pero todavía me queda una cosita más por contarte (y si no lo hago, Amelio me va a matar).
Tengo una newsletter.
La envío 4 veces a la semana. En ella te cuento toda clase de historias divertidas y muy locas (si te ha gustado el diálogo entre Amelio y yo, mis emails te encantarán). Y de paso te doy algunos consejos sobre copywriting e email marketing. 😉
Son emails muy buenos. Y ya has comprobado que no lo digo yo, sino gente tan potente como Javi Pastor o el mismísimo Daniel Throssell.
>> Puedes suscribirte en esta página.
Al hacerlo te enviaré una plantilla para redactar tus correos de venta. Y más importante todavía: conocerás a Amelio, mi mono de peluche ayudante. ?
Te vemos los dos por allí.
Entonces te va a gustar todavía más lo que tengo preparado para ti en mi newsletter.
Si te suscribes, te regalo una plantilla de email de venta, y además te envío un email* de lunes a jueves a las 8:08h (*y con email me refiero a correos frescos, divertidos, con muchas lecciones y con los que te lo vas a pasar pipa).
agencia de marketing digital dice:
un Articulo Masterclass!
Muchas gracias esto ira directamente en mis favoritos!
Saludos desde Mexico!
Mila Coco dice:
¡Gracias a ti!