ACTO II, ESCENA 3.
[Despacho de Mila Coco.]
Estantería con libros al fondo. Persianas bajadas. En el centro, MILA está sentada frente al ordenador, tecleando con furia. AISA, de pie, a su espalda, observando la pantalla.
MILA
(Hablando para sí misma) Vale, aquí… aquí puedo hablar de la brújula. Digo yo que antes los barcos tendrían brújula. Y para esto…
(Continúa escribiendo).
AISA
(Frunciendo el labio) ¿“La vida pirata”? No sé, ¿tú crees que eso se va a entender bien?
MILA
Sí, no pasa nada. Mira, pongo al lado “emprendedor” así, tachado, y ya está.
AISA
¿El Titanic? ¿Pero el barco no era de madera?
MILA
(Asiente con la cabeza) Es un ejemplo. Para que visualicen el barco hundiéndose.
AISA
Ya, ya, pero… no sé, me parece un cambio muy brusco. ¿Seguro que se entenderá?
MILA
(Resoplando) Sííííí, pesada. Mis suscriptores son personas inteligentes.
AISA
Ya…
(MILA continúa escribiendo).
AISA
¿Y ahora metes a Lope de Vega? ¿Pero no estabas hablando de barcos?
MILA
(Exasperada) Es un guiño para mis suscriptores. Ellos saben que me gusta el teatro porque lo digo todo el rato en los emails.
AISA
No sé, yo creo que queda un poquito raro.
MILA
(Deja de teclear y se gira hacia AISA) ¿Me vas a dejar escribir tranquila, o quieres terminar tú la página?
AISA
(Alzando las manos) Vale, vale, ya me callo. Jolín, qué humos… (Sale de escena).
MILA
(Mascullando) Qué poca confianza en su propia hermana, concho…
(Continúa tecleando mientras habla para sí misma).
MILA
(Con aire pensativo) -“A la orden, mi capataz”… perfecto. Ahora me falta algo para redondearlo. Venga, Google, dame alguna idea. (Clica un par de veces con el ratón y vuelve a teclear). “Dichos… marineros”. A ver, a ver… ¡Ajá! “Buen viento y buena mar”, perfecto. (Deja de teclear y se gira) ¡Aisa, esto ya está!
AISA
(Entra, con expresión de sorpresa) ¿Ya? ¡Pero si no llevas ni media hora!
MILA
(Con aire de satisfacción) Bueno, ¿y qué te esperas? Es que tu hermana es una copywriter como la copa de un pino, oye. (Se aparta para dejar sitio a AISA). Anda, léetela y me dices qué te parece.
AISA
(Tras leer unos segundos señala la pantalla con el dedo) Aquí hay una errata.
MILA
(Frunciendo el ceño) ¡No te preocupes por eso ahora! Tú dime si la ves bien y luego le doy un repaso.
AISA
(Continúa leyendo. Tras una pausa, se aparta del ordenador) Bueno, yo creo que está bien. Lo de Lope de Vega me sigue sonando raro, pero si tú crees que va a funcionar, pues genial.
MILA
(Pone los ojos en blanco) -La virgen del Pilarín, vaya confianza. Tener hermana para esto… Anda, tú déjame a mí. Mañana por la mañana se la mando a mi lista y verás como en nada te salen unos cuantos clientes.
…
?
Vale, creo que me he venido un poco muy arriba con las clases de escritura dramática.
Te pongo en contexto.
Aisa es mi hermana mayor, y desde hace tiempo también es mi asistente virtual.
Y un día me pidió que le echase una mano, porque quería encontrar otro cliente más aparte de mí para trabajar a media jornada.
Así que como buena hermana y copywriter que soy, se me ocurrió que podía:
La página entera la escribí en 30 minutos (incluso creo que un poco menos) y se la mandé a mis suscriptores y a algunos contactos de WhatsApp.
¿El resultado?
3 personas acabaron contratando a Aisa como asistente virtual.
Y en este post te voy a contar cómo planteé y escribí el copy de esa página (cuál es el objetivo de cada parte del texto, por qué utilicé unas expresiones u otras, etc.).
Un caso práctico de copy en toda regla. 😉
¿Listo?
Prepárate, que empezamos.
NOTA: la página de ventas es esta. Te recomiendo que la tengas abierta en otra ventana mientras vas leyendo, porque la vamos a ir analizando juntos.
Empecemos por aclarar algo.
Para escribir una landing page (o cualquier pieza de copy) no te basta con sentarte frente a la pantalla y esperar a que te llegue la inspiración por obra y gracia divina.
Antes de empezar a redactar necesitas tener claras dos cosas:
En el caso de la página de mi hermana eran…
Para que tu copy funcione, tienes que ser capaz de meterte en la cabeza del cliente ideal. Necesitas saberlo todo de él: sus problemas, sus necesidades, sus dudas… TO-DO.
Y eso solo se consigue investigando a fondo.
Por ejemplo, este es a grandes rasgos el proceso que sigo cuando empiezo a trabajar con un cliente:
Y para la página de mi hermana, ¿cuánto tiempo crees que me pasé investigando?
Pues… nada de nada. Cero. Ni un solo minuto.
Y como Javi Pastor esté leyendo esto, es posible que me mate (si has pasado por SoyCopywriter sabrás por qué lo digo). ?
Pero en este caso tenía dos buenas razones:
En tu caso no hagas “trampas” e investiga bien a fondo antes de ponerte a escribir. No me seas vago. 😉
O dicho de otra forma, el enfoque del mensaje de ventas. Una idea central que funciona como hilo conductor a lo largo de todo el texto.
Para la página de ventas de mi hermana, la idea que escogí fue:
“Cuando empiezas a crecer, tu negocio se vuelve un caos (por eso necesitas un asistente virtual)”.
Claro que en la página no lo digo así, sino que lo expreso con el símil del barco en mitad de la tormenta.
¿Por qué?
Una vez tuve claros estos dos puntos, empecé a darle a la tecla.
Una cosilla antes de seguir.
La landing page que te dejé más arriba es exactamente la misma que les envié a mis suscriptores. Tal cual. Sin colores, ni imágenes ni prácticamente ningún diseño (salvo por lo poco que te permite Google Docs).
Solo texto, negro sobre blanco.
Recalco esto para que entiendas que el mérito de los 3 clientes que consiguió mi hermana lo tiene el copy y nada más que el copy.
Ahora sí, vamos a empezar a diseccionarlo. 😉
El título de la página sigue el esquema de pregunta-respuesta, el más simple y clásico del mundo.
Pero cumple su función, que es captar la atención del lector.
Y lo hace porque:
Una vez lo lees, y si estás dentro del perfil de cliente ideal de mi hermana, pueden ocurrir dos cosas.
La primera es que ya tengas claro que quieres reunirte con Aisa y pulses la llamada a la acción que está bajo el título.
La segunda… que te haya picado la curiosidad y sigas leyendo. 😉
Pues sí: la única fórmula que utilicé para estructurar esta página de ventas fue una PAS.
“Problema, Agitación, Solución” de toda la vida. No hay más.
Te la desgrano letra por letra.
La página arranca con el mismo recurso que verás en el 99,9% de las landing pages: una lista con los principales puntos de dolor del cliente.
Pero ¿qué hice yo para darle un toque diferente y que no fuera “más de lo mismo?”.
Presentar esos puntos de dolor con más metáforas marineras:
Además son problemas con los que cualquier emprendedor que necesite un asistente virtual se sentirá identificado.
Por ejemplo, ¿quién no ha perdido media hora buscando ese email importantísimo que no se acordó de guardar en su momento? (dime que no soy la única, por favor…).
Y ahora viene lo bueno: ¿qué pasa si no te preocupas de poner orden en el caos que es tu negocio?
Pues que… Llega la TORMENTA.
Porque no se trata de que pierdas tiempo gestionando tus emails o de que tus excels estén desactualizados…
Es que esa desorganización te puede hacer perder dinero.
Tu negocio se convierte en el Titanic, lo que significa que:
Casi puedes notar cómo el agua te empieza a cubrir por los tobillos, ¿verdad?
Pero tranquilo, que aquí viene la solución para que tu barco negocio no acabe en el fondo del mar (y tú con él).
Ahora que tenemos al cliente bien agitado, toca aliviarlo un poco.
A partir de “Tú solo no puedes llevar un negocio que es ya como un navío de 58 toneladas de peso…” se empieza a vislumbrar la solución al problema: delegar en un asistente virtual (como mi hermana) que te ayude a recuperar la dirección del barco.
Y con esto preparo el terreno para presentar a la timonel protagonista de la página: mi hermana.
Lo normal en una página de ventas de este tipo sería tener una ristra de testimonios de tus actuales clientes.
El problema es que, en el momento en que la escribí, Aisa solo había trabajado como asistente virtual conmigo. Y claro, tener el testimonio de tu hermana pequeña poniéndote por las nubes no es muy creíble…
Así que en lugar de eso metí esta parrafada:
Lo que hago aquí es decirle a mi audiencia (de manera sutil) que mi hermana es buena profesional y que pongo la mano en el fuego por ella.
Y de paso lo hago con un toquecito de humor, en línea con mi estilo. 😉
Después de ese párrafo, viene una lista con las principales tareas de Aisa como asistente virtual (gestionar emails, pagos y facturas, etc.).
Claro que esto es algo que haría literalmente CUALQUIER asistente virtual.
Así que ¿por qué deberías contratar a Aisa? ¿Qué es lo que ella y solo ella puede ofrecerte si la contratas?
Pues entre otras cosas, que:
Todas estas son cualidades que un emprendedor busca en su asistente virtual (y que Aisa cumple con creces), de ahí que las incluya en la página.
Por último, al llegar al final de la página te encuentras:
Y como broche final, esa línea de “¡Buen viento y buena mar!”. (Por si te lo preguntas: sí, es una expresión marinera que se usa de verdad. Esto sí lo tuve que investigar). 😉
Pero si prefieres verme analizándola en vídeo, aquí me tienes.
Como te decía, para conseguir 3 nuevos clientes mi hermana solo necesitó:
Pero además de eso hubo otro factor determinante: que esta página la recibieron mis suscriptores.
Unos suscriptores cuya confianza me he ido ganando día a día, email a email, a lo largo de mucho tiempo.
Por eso confían en que si les recomiendo a Aisa no es (solo) por ser mi hermana, sino porque es una profesional como una casa de grande.
Un curso en el que he volcado todos mis aprendizajes tras varios años haciendo email marketing.
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Alexandra dice:
¡Eres una crack! Me ha encantado ?
Mila Coco dice:
¡Gracias Alexandra! ?