¿Alguna vez has enviado un email a tus suscriptores y no has recibido ni un triste clic en tu enlace?
Seguro que sí.
Y da mucha rabia. Te puedes llegar a pasar días currándote un contenido de mucha calidad, con más valor que el chocolate negro. Y nada.
Ni un simple “gracias”, ni un “Me ha parecido muy interesante”.
Silencio absoluto en tu lista de email.
Claro, al final acabas pensando que eso de escribir emails no es lo tuyo y terminas por dejarlo.
¿Me equivoco?
Pues entonces lo que te voy a contar aquí te interesa.
En este post te voy a hablar de Seinfeld, un método de emails muy particular pero que da unos resultados espectaculares.
En concreto, te voy a contar:
¿Listo para enganchar a tus suscriptores? 😉
¿Cómo que de una serie de televisión?
Sí, sé que suena raro, pero deja que te explique.
Lo primero que tienes que saber es que el concepto de «emails Seinfeld» lo acuñó Russel Brunson en su libro DotCom Secrets (un libro que me puso la cabeza del revés, por cierto. Obligatorio si quieres aprender sobre embudos de venta).
Al principio a Brunson le ocurría lo mismo que a ti.
Enviaba emails muy currados y de mucho valor, pero los resultados que conseguía, tanto aperturas como clics como ventas, eran bastante escasos.
Pero lo curioso es que cuando introducía alguna pequeña anécdota o historia en los emails, la respuesta crecía.
¿Y qué hizo? Pues le dio la vuelta.
En lugar de enviar emails con un 100% de contenido de valor, empezó a escribirlos con un 90% de entretenimiento y un 10% de contenido.
Es decir, arrancaba el email con una historia, y ya al final ofrecía sus servicios.
Resultado: más aperturas, más clics y más ventas.
A este sistema lo bautizó “método Seinfeld”, en honor a una serie estadounidense que “no trata sobre nada”. En lugar de seguir una trama, durante cada capítulo los personajes viven pequeñas historias de la vida cotidiana.
¿Vas viendo la relación?
Más abajo te voy a enseñar un email Seinfeld real que envié a mi lista, para que te hagas una idea de cómo funciona.
Ahora que para tener unos cuantos ejemplos buenos de verdad, te recomiendo que nada más termines este post vayas a suscribirte a la lista de Ben Settle, que para algo es el maestro absoluto de este método.
Luego te lo recuerdo, no te preocupes.
Pero primero vamos a ahondar un poquito más en este sistema.
Dicho de manera simple lo podríamos resumir en tres conceptos:
“¿¡Cómo, un email cada día!? ¡Pero así no me va a quedar ni un suscriptor!”.
Pues sí, puede ser. Más de uno es probable que se largue de tu lista.
Pero si los demás están tan enganchados a tus historias que no se pierden ni un solo email tuyo, y encima muchos te acaban comprando… lo mismo vale la pena. 😉
Y ten en cuenta que esta misma periodicidad es la que tanto Brunson como Setlle han comprobado que les genera más ventas.
Lo que te recomiendo es que, hasta que le pilles el truco, empieces por enviar uno a la semana o así, y luego poco a poco vayas aumentando la periodicidad. Tú mismo te darás cuenta de que cuantos más a menudo los envías, más resultados consigues.
Vamos con el ejemplo que te he prometido.
Este es un email que les envié a mis suscriptores, escrito según el esquema que Brunson da en su libro.
Léetelo detalladamente y más abajo lo vemos en profundidad.
ASUNTO: La mujer que asustó a mi madre en plena noche TEXTO: Mi madre es la persona menos asustadiza que he conocido en la vida. El típico susto de muerte que te llevas mientras ves una película de miedo. O cuando tienes un accidente de coche y te quedas con el coche boca abajo. O incluso cuando alguien te gasta una broma y se te acerca a hurtadillas por detrás para que pegues un brinco. Pues ninguna de estas situaciones le asustan a mi madre. Vamos, que no se le mueve ni un pelo. La única vez que yo he visto a mi madre asustada fue cuando se le coló en su habitación una mujer extraña por la noche. Te pongo en contexto… Mis padres tienen una casa rural en plena zona de lince ibérico, y en la que se alojan personas que vienen de muchísimos países para verlo. En la casa hay una parte que es exclusiva para los huéspedes, y otra zona privada y apartada en la que vivíamos mis padres, mi hermana y yo. Las dos partes están conectadas y puedes entrar de la una a la otra pasando por una puerta. El caso es que una noche se alojó una huésped un poquito… “especial”, digámoslo así. Por lo visto durante la noche, nuestros perros se pusieron a ladrar, y a la mujer, que no podía dormir, no se le ocurrió otra cosa que entrar en nuestra casa y colarse en la habitación de mis padres. Mi madre, que estaba durmiendo, sintió como una especie de presencia extraña cerca y se despertó. La conversación fue algo así: -Es que están los perros ladrando, y os he llamado, pero como no me respondíais, he venido hasta aquí. – … – Mi madre con esta cara ? y sin poder articular palabra. Todo esto a las 3 de la mañana y totalmente a oscuras. ??? Mi madre, como es normal, entró en estado de shock. La tía había estado husmeando por toda nuestra casa (seguramente también entró en mi habitación la muy loca) y no paró hasta dar con el cuarto de mis padres. En menos de 1 minuto esta mujer traspasó el derecho de intimidad, privacidad y allanamiento de morada. Historietas aparte, esto que parece algo que solo haría un lunático, es algo que (obviamente a diferente escala), hacen muchos negocios. Me he encontrado con muchos clientes que cometen también como una especie de “allanamiento de morada” en las bandejas de entrada de sus suscriptores. ¿Cómo? Empiezan a mandar emails de venta superagresiva y directa, hablando únicamente de su producto o servicio, mientras que el suscriptor no hace ni 2 días que llegó. El suscriptor apenas le conoce y lo que hacen es invadir directamente su bandeja de entrada. Y claro, al final solo acaban asustándolo. Por eso mismo es imprescindible que tengas una estrategia de emails bien pensada para recibir, conectar y conseguir que tu suscriptor (y potencial cliente) confíe en ti y acabe comprándote. Con mi servicio de Copy + Funnels he ayudado a muchísimos clientes que enviaban emails agresivos y sin ton ni son, a tener una secuencia de emails que venden sin vender (por muy paradójico que suene). Vale Mila, ¿y cómo se puede saber si haces allanamiento de morada de bandeja de emails? Pues revisando tus emails y analizando si tus suscriptores: No leen tus emails. No te responden. Se desuscriben. Y por supuesto, no te compran. Si cumples con una o varias de estas situaciones, es posible que estés invadiendo su morada. Así que dime… ¿Tú también necesitas tener una secuencia de emails que venden sin vender? En este enlace puedes contactarme para ver cómo lo arreglamos. 😉 Un abrazo, Mila |
¿Qué te ha parecido? ¿Te ha resultado interesante?
Yo desde luego me reí mucho al recordarlo (mucho más que cuando lo viví, eso te lo aseguro).
Pero anécdotas aparte, este email lo podemos dividir en:
Las vemos por separado.
La parte de entretenimiento propiamente dicha. Como ves, ocupa la mayor parte del contenido total del email.
En este caso aproveché la historia de la “inquilina loca” que le dio un susto de muerte a mi madre, pero tranquilo que las tuyas pueden ser mucho más normalitas. Luego te doy algunas ideas.
El nexo es el punto exacto en el que la persona que te está leyendo pasa de “¿Pero qué me estás contando” al “Aaaaaah ahora lo entiendo”.
Vamos, que es lo que enlaza la historia con el servicio que quieres vender. 😉
En el ejemplo que te he puesto, el nexo empieza en esta parte:
Historietas aparte, esto que parece algo que solo haría un lunático, es algo que (obviamente a diferente escala), hacen muchos negocios.
Luego desarrollo esta idea hablando de los negocios que envían emails de venta muy agresivos a sus suscriptores y “allanan” su bandeja de entrada, igual que la inquilina con nuestra casa.
El momento de la venta.
En mi caso, este email lo utilicé para ofrecer mi servicio de Copy + Funnels.
Pero lo importante es la manera tan natural en la que está introducida la CTA gracias al nexo.
Si justo al terminar la historia hubiera dicho algo como “Para que tú no les hagas lo mismo a tus clientes, contrata mi servicio…”, habría sido un cambio muy brusco y me habría cargado por completo el efecto del email.
Esto es siempre lo que más asusta al principio.
De dónde voy a sacar inspiración para escribir tanto si mi vida es igual de interesante que una patata.
Bueno, no te preocupes, que no hace falta que nadie se cuele en tu casa por la noche para sacar temas (y menos mal).
Brunson en su libro cita un montón de fuentes de ideas, pero yo aquí te he puesto tres de las principales.
Vamos a verlas.
El concepto es tan simple como contar algo que te haya sucedido a lo largo del día o incluso algo que recuerdes. Sin más. 😉
Por ejemplo:
Y podría seguir.
Como ves no se trata de vivencias trascendentales, sino de simplemente contar anécdotas curiosas con las que tu público se pueda sentir reflejado y que le entretengan.
Al final acabas desarrollando un radar de anécdotas, te lo prometo. 😉
Este es un tipo de email más educativo (pero sin dejar de estar presentado en forma de historia, ojo).
Por ejemplo:
Yo en alguna ocasión también he hablado de un cliente (sin dar sus datos, obviamente) que estaba cometiendo un error habitual en sus estrategias de negocio.
Otro clásico.
Da igual que sea la última película que has visto en el cine, la serie de Netflix a la que estás enganchado o el libro que tienes sobre la mesita de noche y que hojeas antes de dormir.
Las historias de otros pueden ser una fuente inagotable de ideas para las tuyas.
Desde un diálogo que te ha llamado la atención hasta una película que está de moda en general y que usas como gancho.
Y también le puedes dar la vuelta.
Si hay una serie de la que toooooodo el mundo está hablando y tú no has pasado ni del primer capítulo, pues lanzas un email del tipo «No, yo tampoco he visto tal serie».
Seguro que entre tus suscriptores hay más de uno que se siente identificado.
Así que ahora te voy a dejar un par de deberes.
No te preocupes que son muy facilitos. Simplemente tienes que:
Verás como con el tiempo va a ser un antes y un después. 😉
Y si quieres generar ingresos de forma automatizada, te recomiendo mi Masterclass Auto Email Funnel, donde te explico de forma más detallada la secuencia de email de un autoresponder.
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