Después de perder varios años de juventud trabajando en grandes lanzamientos, escribir los textos de referentes del sector, dar ponencias y clases a muchas personas, e inventar la Secuencia de emails Declaración de Intenciones…
Quiero enseñarte algunas cositas sobre copywriting.
Si te suscribes, te regalaré una plantilla de un email de ventas, y te enviaré 4 veces a la semana una de las newsletter más locas y divertidas del panorama (no exagero. Me gusta el drama. Mucho).
"Una de las mejores copywriters de España. Yo pongo la mano en el fuego por ella"
"I’m sitting here and laughing at the keyboard. Great job!"
"Brutal Mila. Me encanta!!!!Tienes un don para escribir."
“Cabrona, deja de sacarme en tus emails.”
"Una persona que sabe lo que está haciendo. Mila es profesionalidad, independencia y resultados."
"Su cerebro es una máquina complicada de superar."
Me acuerdo del día en el que casi lloro por Instagram.
Mira que yo no soy mucho de RRSS, pero ese día me encontraba radiante.
Había creado un supercontenido en el que explicaba algunos de los aprendizajes que había tenido, después de mandar +360 emails a mi lista durante un año y medio. Haz cálculos. Eso son más emails que vueltas da el sol a la tierra.
En una de estas lecciones, hablaba sobre la frecuencia de envío de emails.
No te exagero. Me tiré como dos horas para escribirlo y maquetarlo. Finalmente, emocionada, lo publiqué en Instagram.
Bien, pues media hora después, recibí este comentario:
“DISCREPO EN LA FRECUENCIA. HE EMPEZADO A SALIRME DE LAS LISTAS QUE ME ENVÍAN EMAILS A DIARIO. (...) TAMPOCO HAY TANTO TIEMPO A DIARIO PARA LEER A ALGUIEN EN CONCRETO.”
**Corramos un tupido velo en la parte en la que yo lloro internamente (?) después de estar 2 horas creando un contenido currado, para recibir como respuesta un comentario así.**
Sé que seguramente tú pienses lo mismo que esta seguidora.
“Yo no tengo tiempo”.
“Estáis todos con el email diario”.
“Sois muy pesados. Cuando os da por algo, no hay tu tía”.
Y te diré 2 cosas:
Créeme. Si hay algo que te gusta, le sacarás tiempo. Lo leerás. E incluso lo engullirás.
Se convertirá en algo adictivo. Como el chocolate.
Hay muchas newsletter por ahí que te prometen aprender sobre “persuasión”, “dibujar imágenes en las mentes de tus clientes” y cosas así.
Yo cada vez que leo eso, bostezo y pienso en “cliché” y en “aburrido”.
¿Sabes a qué me refiero?
Sí, sí, las conocerás. Me refiero a los típicos emails de:
“Iba por la calle, vi a un coche pasar a 200km/h y saltarse un semáforo en rojo. ZASSS. Casi atropella a un peatón. Todos nos quedamos mirando en silencio. No ocurrió una desgracia, pero podía haber ocurrido. ¿Y sabes qué? Que muchos negocios son como ese coche kamikaze. Van a toda velocidad, queriendo ser los primeros, y sin fijarse en lo importante. Sin pararse en cosas tan esenciales como los textos de su web. Si te interesa…”
Chico, ¿dónde está la acción? ¿Dónde queda la adrenalina? ¿Dónde está el aprendizaje real?
Bueno, pues a diferencia de esto, en mi newsletter vas a encontrar:
¿Qué? ¿Tú no lo hacías?
Bueno, es indiferente. El caso es que sigues aquí, leyendo de forma obstinada las varias miles de palabras que tiene esta página. Así que déjame sacar mi último as de la manga, y mostrarte mi encanto para convencerte de que te suscribas a mi newsletter.
Agárrate, que vienen curvas:
*¡Hasta pronto! en holandés